jueves, 2 de agosto de 2007

Lo único permanente es el cambio

El acelerado ritmo de la vida actual, los constantes cambios en la economía y la política, además de las grandes diferencias sociales, le exigen a las organizaciones que desean mantenerse con vida, adecuarse a las exigencias diarias con imaginación e innovación.
La innovación no sólo debe ser mirada desde el punto de crear nuevos productos, si no también en crear nuevas maneras de hacer negocios, de desarrollar los servicios, de resolver los problemas y de interactuar entre los públicos, entre otros.
Frente a los cambios lo más importante es sentarse a reflexionar, discutir y planificar nuestro actuar futuro, no solamente reaccionar y proceder frente a las situaciones, improvisar puede ser letal para el desarrollo de la empresa.
Es imposible que el cambio no llegue, lo importante es cambiar antes que sea realmente necesario, lo que hace imprescindible anticipar los cambios para actuar en forma óptima. Una empresa que se aferra a su forma de trabajar y de relacionarse con su entorno inevitablemente caerá en un pozo sin fondo.
Pero hay que tener en cuenta que lo importante no es sólo sobrevivir y cumplir los objetivos a corto y mediano plazo sino también hacernos competitivos, dada la gran cantidad de empresas que existen en el mercado, la competitividad es inmensa y es por esto que se necesita buscar la diferenciación del resto para mantener a la organización a flote y que se ubique este sobre sus pares.
El cambio debe observarse como una oportunidad y no tenerle miedo, movernos con el y desarrollar las habilidades en pro de una nueva estrategia.
Cuando el cambio llega se debe disfrutar de él y tal como decía el escritor e ingeniero Tom Peters, “los triunfadores deben aprender a disfrutar del cambio con el mismo entusiasmo y energía que tenían cuando se resistían a él en el pasado.”

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